Ana Cristina Frías
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Carlos Imperatori: “Yo creo que el ADN de Arawato son partes iguales de cada influencia”.

Entrevistas Jul 08, 2020

Un productor es un arquitecto, un constructor de sonidos con una capacidad secreta para darle orden a las pequeñas cápsulas de aire que flotan en un estudio. La mente inquieta de Carlos Imperatori se ha dedicado a dirigir y explorar distintos ángulos del arte de hacer música: desde el pulso inicial en el contacto con un instrumento, hasta el diseño de los espacios para que las ideas fluyan con naturalidad.

Él es uno de los lados que sostiene esa figura geométrica exacta que es Arawato: partes iguales de un todo extraño, donde también están Rodrigo Gonsalves (Viniloversus, Rodrigo Solo) y Luis Jiménez (Los Mesoneros, LAGOS). Desde ahí se va tejiendo la carga genética de la banda: el encuentro y la espontaneidad del en vivo como ingrediente principal para crear melodías llenas de fuerza, que giran alrededor de la melancolía, y en otros casos, más cerca de la irreverencia y la furia. Todo sin perder la conexión con una sensualidad sostenida por las voces, el paso suave del wurlitzer y el peso de un bajo que acentúa los lados menos luminosos de la memoria y el cuerpo.

En junio de 2020, la banda lanzó Suplentes: un nuevo single que marca el inicio de una serie de tracks que verán la luz este año y en donde el artista plástico Joaquín Salim deja su sello en un collage de imágenes analógicas. En el año 2019, Arawato fue nominada al Latin Grammy como Mejor Canción Rock y Mejor álbum de Rock, lo cual generó un cambio en su ritmo creativo y de trabajo.

En esta conversación con Carlos Imperatori, nos aproximamos a uno de los ángulos de la banda y exploramos de cerca su concepción del ejercicio creativo, su identidad sonora y estética y las complicaciones de hacer música a distancia.


– Es mágico cómo Arawato logra sacar la identidad de cada artista que lo conforma, dentro del proceso creativo de la banda y – a la vez – atravesarlo por un ADN propio cargado de erotismo. ¿Cómo lo logran?

C.I: Si, básicamente es porque los tres estamos en proyectos diferentes, tenemos la responsabilidad de no repetirnos, entonces tenemos mucho cuidado en la selección de material y en cómo trabajamos las canciones y las melodías. Tratamos de – genuinamente – aportar algo que no hayamos hecho ya. Ese es como nuestro propio sistema para regularnos y tratar de sacar algo nuevo, entonces es muy importante el aporte de los tres – casi – equitativo. Por ejemplo, las melodías que hace Rodrigo, cuando las canta Luis tienen una connotación diferente, no suena nada a lo que hayamos hecho. O yo les propongo a ellos cosas que no harían o no se les había ocurrido: líneas melódicas o rítmicas. Siento que esa tranquilidad (para Luis y Rodrigo) de que no son responsables cien por ciento de su proyecto. O sea, si y no, como ellos cada uno en su lado son los cantantes (de otras bandas), tiene como una extra-responsabilidad. Pero eso es, más o menos, lo que siempre pensamos cuando trabajamos a nivel de composición y supongo que esas mismas restricciones que nos ponemos nos ayudan a conseguir ese escape a una ventana nueva que no habíamos tocado. Y con lo que dices, la música siempre hemos querido que tenga esa carga – tú mencionaste como erótica – pero sí, siempre tenemos en cuenta que sea algo que tenga mucha sensualidad y transmita una emoción. Sobre todo es eso: la canción tiene que generar algo, sino no sentimos que está lista.

– ¿Cómo describirías el ADN de Arawato?

C.I: ¿El ADN de Arawato? Aaaahhh. Bueno, los tres puntos de vista. Yo tengo la suerte de trabajar con dos súper compositores y cada uno tiene novedades diferentes, puntos de vista diferentes. Yo siento que ese es. El ADN es el enlace, esa mezcla equitativa. Cuando trabajamos las composiciones, por ejemplo, siempre han sido los tres, por más que yo proponga una idea, o Luis o Rodrigo, siempre queda en nuestra carpeta de demos y cuando entramos a trabajar esos demos los tres, siempre hay un cambio. Ahí es cuando se aplica ese ADN, digamos que se pueda hablar de esa forma, cada uno pone su punto de vista y todo va a cambiar en esa dirección que queremos. También tienes que tener en cuenta que son pocas las canciones que hemos hecho. Hemos intentado mantener el trabajo constante, pero a pesar de que son muchas ideas, han salido pocas canciones. Quizás por esto que te comento: el filtro y tratar de que las que salgan, sean las que sentimos que están aportando cosas nuevas. Yo creo que el ADN son partes iguales de cada influencia.

– El gérmen de creación de Arawato era hacer música con más libertad y salirse un poco de lo comercial y de lo que la industria marca, sin presiones. Y en el camino encontraron una nominación al Grammy y un público hambriento, tomando en cuenta que nunca han tocado en vivo. ¿Pareciera que fue Arawato la que le cambió el juego a la industria y a la escena del rock latinoamericano? ¿Cómo lo ven ustedes?

C.I: Wow. Eso es un statement importante. No sé si lo veo así, pero gracias por verlo de esa forma. Yo pienso que a los tres nos tomó por sorpresa la nominación. No por no confiar en lo que hacemos, sino porque no esperábamos que un EP tuviese ese impacto. Además por todos los proyectos que también tuvieron la oportunidad de estar ahí y bueno, quedó Arawato. Nos hizo pensar mucho sobre el alcance de la banda, del proyecto, y siento que el hecho de que la banda no esté tocando en vivo, de alguna u otra forma, juega como parte de la fórmula: que esto haya sucedido de la manera en la que fue. No sé la manera en la que lo quieras poner: si por ser una fórmula más exclusiva que no consigues en todos lados, o porque es algo que se hace poco. De la forma que sea, yo siento que hemos dado con algo que no teníamos.

Pensamos que sería increíble poder salir a tocar y tener a la banda en una posición “normal“ como cualquier otra que sale de gira,  etc. Pero – al mismo tiempo – mucha de la música que a nosotros nos gusta, nunca hemos podido ver a esos artistas en vivo, sobretodo viviendo en países latinoamericanos y suponiendo que escuches rock en inglés, (lo más probable) es que jamás vas a ver a las bandas. Entonces siento que Arawato – de alguna forma – puede existir perfectamente en la escena de la manera en que está. Claro, los personajes (Rodrigo y Luis) ya son conocidos, esa es como la carta que teníamos a favor, que Rodrigo y Luis están activos y en la escena tienen sus seguidores. No es una banda de la nada que de repente sale a tocar y nadie la conoce, siento que tenemos esa suerte y esperamos poder estar manteniendo este estándar el mayor tiempo posible: que a la gente le siga gustando y que las canciones tengan ese enganche. No es fácil, obviamente, pero se intenta.

– En una oportunidad Rodrigo comentaba que parte de la magia de Arawato era que cada uno de ustedes ocupaba un rol distinto al que normalmente juega en sus bandas y proyectos paralelos. Eso ha implicado un descubriemiento artístico y personal individual. ¿De ese proceso cuáles cosas has descubierto como productor musical?

C.I: Bueno, es súper interesante ver la banda o entrar en una banda siendo el baterista, no pensar como: “ah, bueno, como ya yo he hecho producción entonces yo tengo que opinar“, o sea, no.Y justamente creo que eso es lo que nos resetea todos nuestros patrones, nuestros comentarios, nuestros egos, todo.  Los pone en cero. Estamos tocando en una banda y cada uno está en una posición diferente. El punto de vista que tengas desde ese instrumento – claro, es tu opinión – pero está filtrada por ese instrumento. Por ejemplo, yo estoy en la sección rítmica, entonces mi aporte hablaría desde ese lado y obviamente el resultado es diferente. Me parece súper interesante como productor ver el resultado de esto, porque habría sido muy difícil llegar y pensarlo así desde el principio, ver el camino entero y decir: “no, hay que hacer esto“. No pasa así, y todo esto ha sido un descubrimiento. Salir de la zona de confort es algo que da resultados espectaculares, para todo el mundo, hasta para el rol de producción. Que en este caso, nunca nos lo tomamos como que teníamos que tener en sí un productor. De hecho, los tres hemos opinado por igual en cada una de las etapas de la música: tanto en composición, como en sonido. A pesar de que yo haga la mezcla, siempre tengo mucho feedback de Rodrigo y Luis y eso ha sido lo más interesante y queremos seguir participando en esa dinámica porque ha sacado cosas nuevas de nosotros. Quizás no esperábamos que eso saliera de la manera en que salió. Sí, tuvo resultados en positivo.

– ¿Cuál es la dinámica de trabajo que tienen ahora dada la cuarentena en todo el mundo? La referencia que yo tengo es que en algún momento, cuando coincidían en alguna ciudad, ensayaban. Por eso el proceso creativo de la banda es tan orgánico porque parte un poco de la conexión que tienen juntos en una sala de ensayo o en el estudio. Pero a estas alturas y con el proyecto tan avanzado, ¿cómo se reúnen? ¿cómo crean?

C.I: En este último tramo, en este proceso de pandemia, etc. Al igual que a todos en el planeta, a nosotros también nos cambiaron los planes. Voy a ir un poquito atrás. Cuando estábamos en la emoción de la nominación, pensamos que teníamos que poner un poco más de tiempo a la banda, porque lo merece y porque teníamos la necesidad de terminar un montón de temas que estaban de alguna forma ahí, pero necesitaban tiempo. Lo que nos planteamos era dedicar los fines de semana – dos o tres días –  los tres, para poder trabajar. Y hacer eso tres veces en el año. Para nosotros podría ser bastante bien, pero el proceso no ha sido tan fácil de sostener. Yo siento que ahorita, en este momento, no hemos hecho cosas nuevas porque sentimos que tenemos material que terminar, pero, es ese detalle: si yo lo termino acá, por ejemplo, o lo termina Rodrigo en su casa, o lo termina Luis en su casa, ya no va a tener los ingredientes en la proporción correcta. Ya lo hemos intentado. 

Lo que hicimos en este tiempo, es organizar parte de lo que viene, que son cosas que sí puede hacer cada uno. Pero el material nuevo en sí, tiene muchas ideas que necesitan el tiempo de los tres, lamentablemente. 

Además no son solo los planes de la banda, sino que encima, Arawato siempre está como en la lista de prioridades, -pero claramente todos tienen sus otras bandas. Con todo este delay de cosas, seguimos yendo atrás en el tiempo, pero supongo que dentro de todo llegaremos a hacer por lo menos un par de temas más este año, sin duda. Ahora, que terminemos la meta que teníamos planteada que era sacar otro EP, si está un poco difícil porque ya estamos a mitad de año y nadie se puede mover.

– Volviendo a la pregunta, sobre el ADN de Arawato, es curioso como la presencia es tan importante, por el aporte que tiene creativamente para la banda. Y a pesar del avance de la teconlogía, que acorta procesos y simplifica quizás algunos aspectos de la producción de un tema, pareciera igual que hay una magia de la presencia y de lo que surge en el momento que es fundamental.

C.I: Sin duda, son cosas que no se planifican pero que salen de estar trabajando lo tres. La improvisación genera ideas que podemos aportar, son cosas que suceden en un instante y las hacemos inconscientes. De repente no sé qué hice, pero está grabado. Te soy sincero, mucho de lo que se ha hecho con la banda, ha sido así. Si tenemos una reunión de producción, cada uno en su casa, por zoom o lo que sea, hay un montón de distracciones presentes que evita que este proceso se dé de verdad o que yo pueda entender las ideas de ellos dos, porque eso es lo que sucede en realidad. Cuando estas trabajando en el mismo espacio, hay un lenguaje – no sé cómo decirlo -, pero es el lenguaje musical: no estás hablando, ni estás diciendo cosas, pero estás tocando cosas y la otra persona responde con algo y es una interacción instantánea. En internet hay un delay grande y las cosas se pierden. Podemos discutir algunas, pero hay muchos procesos que nunca van a ser igual. Si hay que hacerlo, pues bueno, es la unica forma, toca.

El internet facilita muchísimas decisiones, terminar meetings, por ejemplo.  Todo eso me parece válido. Y de repente podemos, quizás, escribir una letra: sentarnos los tres a conversar cómo va la letra de una canción. Eso está perfecto, pero la parte de generar ideas y esa conexión, es muy difícil tenerla por internet. Además es lo que te digo, cada uno está en un espacio diferente donde hay distracciones: probablemente no estén ni siquiera en una oficina o un estudio, sino en casa. La vida cotidiana también invade la musa. Pero bueno, digamos que 50 y 50. Obviamente si ayudan muchísimo todas estas tecnologías y el hecho de que prácticamente cada uno tiene todo lo que necesita en su casa para grabar. Eso hoy ya no es un impedimento, pero, la creatividad todavía no hemos logrado hacerla virtual.

– ¿Cómo ha sido la transformación del hombre – arawato dentro de la línea estética visual de la banda? es decir, en La Apaertura estaba de fondo el mono y a veces, apropiándose del rostro de ustedes. En Estocolmo, lo vimos con las manos atadas, rendido y seducido ante el ataque de una femme fatale, y en Suplentes es un personaje más cinematográfico. ¿Eso fue un aporte de Joaquín Salim?

 C.I: Correcto, sí. En Suplentes también sucede un cambio de la línea de lo que veníamos haciendo. Sentiamos que era una página nueva: tanto a nivel estético, como visual. Parte de lo que se quiso hacer con Joaquín era eso: cambiemos un poco de dónde venimos – esa estética visual de la historia – y  replanteemoslo. Lo interesante del trabajo de Joaquín es que no tocó la emoción del tema, eso fue lo primero que a mi me llamó la atención. Yo en los videos musicales tengo mis opiniones, me parece que influye muchísimo en cómo tu percibes una canción. Una imagen pesa más que la guitarra que grabaste, entonces es muy delicado. Cuando vimos el trabajo que él nos mandó, casi que el primer boceto, fue como: wow, este pana la entendió perfecto y le sumó, más bien a esa melancolía. Creo que levantó la emoción del tema. Como artista el decía que quería aportar y sumarle algo nuevo, y de hecho, no sumó sino que levantó todo el trabajo que hicimos musicalmente y presento su arte de una manera espectacular.

Además, todo lo hizo con el mismo proceso que nosotros venimos trabajando que es algo como analógico. En la música usamos muchas máquinas, no tanto cosas en la computadora. Joaquín también hace su arte así: hace collage a mano, lo mete en el escaner, lo mueve, hace todos los efectos él manualmente. Entonces fue otra analogía que coincidía con nuestro proceso. Y era como: ¡wow, este pana es un genio!

–  Ahora, hablando de Suplentes desde lo musical. Tomando en cuenta que son casi los mismos instrumentos base de otras canciones y que el piano mantiene esa presencia melancólica y casi icónica por encima de los otros instrumentos.¿Cómo construyen la línea narrativa de las canciones?

C.I: Bueno, desde ese punto de vista, a nivel de los instrumentos, Arawato nace con el wurlitzer. Toda la composición de Arawato salían de ideas como ese reef de Estocolmo, y otros donde la sensación que te deja ese piano – por ser un instrumento bastante cálido y tiene amplificación y podemos meterle efectos, etc – se hace el lenguaje desde donde transmitir un sentimiento. Nos aferramos al piano como,  “mira,  esto tiene que ser parte de todo nuestro trabajo“. De hecho, la doble ve en el nombre de Arawato, viene por el wurlitzer.

También nos gustaba la idea de cambiarle la escritura al araguato para que en internet se separara de otras respuestas que te arroja el buscador. Entonces, sí, nos montamos todos en ese wurlitzer y es un pilar esencial de todos los temas, incluso en los temas fuertes. En La Apertura que es bastante rock, no está en todo el tema, pero hay una parte donde protagoniza el wurlitzer y lo amamos con locura. Son de esos instrumentos que te sientas a tocarlo y hacen canciones: te inspiran como humano y como músico. Hay una sensibilidad, no solamente a los acordes – y puede ser un poco romántico como lo digo – pero es cierto: hay una sensibilidad por estar sentado en una máquina ¿sabes? y que las teclas son tan viejas,  tiene ciertas cosas, como ruiditos, pero te inspira. Es como estar en un sitio increíble y tu cerebro se entusiasma y empieza a botar ideas.

– Bueno, de hecho, el araguato tiene un sonido particular, hace un sonido como si cantara…

C.I: Una locura. Es rarísimo, de hecho, si ves la definición en Wikipedia dice algo así como que es un animal que tiene el rugido del heavy metal, una cosa así le pusieron y nos pareció súper genial. Tiene un órgano en la garganta que hace que suene como un oso, como un animal diez veces más grande de lo que es, es el holly monkey en inglés. Cuando empezamos a leer sobre el personaje, la verdad es que el mono es un desastre: lo pones en público y hace cualquier locura. Eso nos pareció súper particular, de hecho, abríamos las canciones con el rugido. Tenemos bastante tiempo que no lo ponemos.

No sé cómo dimos exactamente con el nombre de Arawato pero al ver el personaje, nos parecía fascinante que fuese algo tan separado de lo normal. Eran ideas que estaban una encima de la otra y tenía sentido para nosotros. Eso es lo bonito de trabajar en proyectos de este tipo, que no solamente la creatividad musical está implícita, sino todo un concepto en el que nos apoyamos para tener un norte de dónde tocar. Para nosotros es importante visualizar eso que tú dices: tenemos nuestro personaje y es nos ayuda a dirigirnos hacia un punto.

– Parte de lo que te comentaba sobre el erotismo que veo que está presente en la banda, tiene que ver con un principio de los poetas románticos. William Blake, por ejemplo, le gustaba conectar lo divino y lo sagrado con el cuerpo. Para la tradición judeo-cristiana eran elementos que definitivamente estaban separados, pero los románticos los conectan. Es el trabajo de la poesía en el erotismo: recrear con palabras el efecto de estar con alguien que deseas y Arawato juega con eso…

C.I: Cien por ciento, eso está ahí. Incluso antes de que la letra esté lista y casualmente todas hablan de eso. Supongo que la carga que se quiere transmitir en la música es lo que quizás inspira. En Suplentes, por ejemplo, es una letra que es directa y a la vez no. No es demasiado literal, tiene ese espacio que llena la persona que la oye. Yo siento que todos los temas en sí tienen un poco ese espacio para que la gente que los escucha, los sienta y los protagonice con algo que vivió o que conoce. Y se identifique, de una manera más personal,  porque no se lo estoy contando directamente sino que estoy generando un espacio donde se va a sentir parte de la historia. Son cosas que nos gusta mucho hacer. Gustavo Cerati, por ejemplo, tiene mucho eso. Sus letras te dejan: wow, qué buena esa letra. Obviamente salvando las diferencias; nos inspira hacer letras de esa forma, no es por comparar ni mucho menos, pero lo tomamos como un punto de partida. Cada persona, con lo que sabe y conoce, genera una respuesta y lo interpreta de una manera diferente. Y eso creo que es lo más bonito de la música y son cosas que no puedes predecir. Me parece más efectivo que florezcan así, a que cuentes la historia literal y ahí murió.

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