Pía Páez: “Estar en Nueva York me hizo conectar de nuevo con ritmos latinos”
Entrevistas, Música Jul 24, 2020

La cumbia edulcorada por un beat pop potente, le da ritmo al manifiesto de la Pía Páez. “Yo soy la dueña de mi destino y tu no cabe´aquí”, dice. Las palabras salen con el mismo tono ronco que dibujaron paisajes indies en otra época, y que ahora están cifrados en un código más corporal, en frases que remarcan un ritmo corto y palabreado.
En el video de Mucha Mujer, su nuevo single, Pía mira de frente. Canta y se contonea desbordando un flow pegajoso que está a gusto con la piel que habita y que la hace consciente de su valor y magnetismo. De sus caderas sale una onda expansiva que marca el eco cálido y rítmico del free – flowing creado en colaboración con el productor dominicano Willy Rodríguez.
Quizás por eso el cielo se desdibuja y la frontera con las paredes de concreto se diluye.
El mundo se vuelve insignificante cuando una mujer baila.
A principios del mes de julio, la cantante venezolana residenciada en la ciudad de Nueva York, lanzó Mucha Mujer, un single que se suma a su exploración de los ritmos latinos y caribeños. En esta conversación, Pía cuenta cómo la migración la hizo profundizar en aspectos de su identidad y afianzarse como ciudadana del mundo. Habla del encuentro con la danza como un manifiesto del trabajo constante con sus cuerpo y como una expresión genuina de su feminidad.
– Mucha Mujer, es una canción con un statement claro y poderoso. Me resulta inevitable no pensar en asociarlo un poco al movimiento feminista que está sucediendo a nivel mundial. ¿Lo ves así? ¿Lo hiciste influenciada por este proceso de transformación que estamos llevando? ¿Cómo lo vives en lo personal?
P.P: La canción sale de una experiencia personal o varias experiencias personales. Creo que, lamentablemente, las mujeres tenemos que pisar fondo para entender nuestro valor y a mi me parecía necesario un mensaje que nos empoderara de cierta manera, que nos repitiera cuán importante es el valor personal. El reconocerlo y entender que somos nosotras la que nos lo tenemos que dar. Sí, es una canción feminista, pero lo que quiero separar es que no va en contra del género masculino, ni es un reclamo de algo al género masculino. Al contrario, es una canción para nosotras, para ese mood del amor propio.
Nosotras tenemos que aprender darnos nuestro valor y somos las que tenemos el control de decir qué va con eso y qué no. Sobretodo en esta época donde es tan fácil cambiar de opción, cuando algo no funciona: next, que venga la siguiente. Se han creado unas dinámicas tan impersonales, tan inhumanas, donde entre nosotros mismos ni quiera nos reconocemos. Es fácil pasar por una situación en la que alguien te hace ghosting, donde alguien como que te orbita – está pero no está – y nosotras nos llevamos a una situación en la que nos criticamos, donde vemos qué hicimos mal y nos preguntamos por qué no nos quisieron. Nos ponemos en esa constante que no es justa para nuestra mente. Nos toca aprender a decir, con mucho cariño y mucha paz: mira, tú por aquí y yo por allá y que venga la otra persona a mi vida, que sí se va a acoplar a lo que yo valgo. Creo que por ahí va Mucha Mujer.
– Hay un cambio marcado de tu sonido, de algo que sonaba muy indie a algo más dentro del reggetón y lo urbano. En el pasado, has hecho colaboraciones que ya asomaban esa inquietud. Estamos en una época en la que los géneros importan cada vez menos, pero me interesa saber: ¿a qué se debe el cambio? ¿y qué ha implicado para ti creativamente?
P.P: Yo no diría que fue un cambio. Quien me conoce sabe que soy muy emocional y variante, y así como soy en persona, me disfruto muchísimos géneros musicales. Crecí escuchando géneros musicales distintos que me influenciaron y que me disfruto cantarlos demasiado. Enfocarme en un solo estilo o limitarme a un solo estilo, aunque a veces me lo piden (me dicen: encuentra lo que más funcione para no consumir a la gente), no me lo he permitido para yo también poder disfrutar de la música a plenitud.
Mi dueto con Budú o con Caseroloops es una Pía más urbana a mi trabajo en el álbum Tú Y Tu Lado Oscuro, que es un poco más alternativo, más variante. Me disfruto demasiado la música urbana y estar en Nueva York me hizo conectar de nuevo con ritmos latinos como la cumbia, que siempre me ha gustado bailarlos, pero de alguna manera no estaban tan presentes en mi música y les di la oportunidad. Me encanta el género urbano. No significa que voy a ir de lleno por ahí, pero si lo estoy explorando y voy a seguir haciéndolo y espero les guste.
– ¿Qué ha implicado para ti creativamente estar en una ciudad como Nueva York?
P.P: Mira, ha implicado, sobretodo, un crecimiento como persona, muchísimo. Y como ciudad… bueno, por ejemplo, si tu estás en Brasil a ti te llena la experiencia cómo es en Brasil, el día a día y cómo es la cultura del brasilero. Si tu estás en Venezuela, también, aprendes a desayunar arepas ¿sabes? Tienes una rutina y te puedes volver venezolano. Pero una ciudad tan diversa como Nueva York, aquí nadie es neoyorkino, aquí todo el mundo es como… cada uno de dónde viene, tiene algo y se mezcla todo. Entonces te forza un poco a ver quién eres tú y qué realmente llevas dentro, qué haces.
Nueva York, además de llevarme a hacer una introspección, resaltar mi cultura y de dónde vengo, me abrió la oportunidad de conocer muchísimas culturas y ritmos. Fiesta árabes, por ejemplo, que son increíbles y que musicalmente te aportan tanto que te influencian de cierta manera, es como: wow, esto no estaba antes y hora lo reconozco y lo quiero usar. Entonces, para mi, Nueva York ha sido muy importante, incluso en la competencia, porque te hace agarrar un ritmo más rápido.
– ¿Qué ha aportado la danza en tu proceso creativo?
P.P: Aquí en Nueva York encontré la pasión por la actuación y el baile. Me encanta bailar, me libera muchísimo. Siempre me encantó bailar salsa y reggetón, por eso te digo que siempre me gustó el género urbano. Aquí me he dado la libertad de explorarlo y expresarlo sin tanto prejuicio. Todavía en Latinoamérica y en un muchos lugares te juzgan por cosas como poner un baile en Instagram. La verdad es que en donde estoy en este momento en mi vida, he dejado de darle importancia a esas críticas y me he permitido disfrutarlo a todo dar.
Tuve un comentario negativo del video, por ejemplo, me dijeron: “no se compagina el mensaje del video con el mensaje de la canción, porque es una canción de empoderamiento femenino y en el video parece que estás vendiendo tu cuerpo”. Y yo dije: al contrario. El video no se trata de vender el cuerpo, sino de estar cómodo con tu cuerpo. Lo que sea que tu cuerpo es, que lo aceptes y te lo disfrutes. No tener pena de bailar, ni mostrarte como eres.
Creo que todo eso es reconocimiento de tu valor y forma parte de todo: de saber quién eres en lo introspectivo, qué sientes y a nivel de cuerpo externo decir: estoy cómoda en donde estoy, estoy cómoda con lo que soy y lo disfruto. Incluso, en el video estoy sola, no tengo a alguien al lado. Todo eso a mi me hace sentirme mucha mujer.
El baile es una expresión tan linda. Siento que a veces, sobretodo a las mujeres, nos juzgan mucho si bailas y el baile es algo cultural, algo artístico y es una expresión humana que hay que explorar, disfrutar y que te relaja. Espero que mucha gente baile esta canción y se la disfruten y, como tu dices, es una exploración de otra perspectiva física.
– Pareciera que estamos más acostumbrados a hacer catarsis de otros modos (en el cine o en el teatro), quizás, que con la danza. Y esa exploración la has ido mostrando de a poco en tu IG: se han ido cayendo algunas capas para mostrar una conexión más directa y cercana con la piel y el movimiento…
P.P: Totalmente. Y creo que cada una de esas capas que nos vamos quitando, nos hacen ser más auténticos. De repente no tenemos que ser responsables de si alguien se esperaba o no algo de nosotras, si alguien se siente bien o no con eso, pero siento que – sobretodo nosotros los latinos – que venimos de bailes que son tan juzgados: bailar reggetón, por ejemplo, o en el mismo Brasil, poner funk brasilero, si tú te grabas o te muestras es como: “ah, ella se está exponiendo, se está mostrando, estás queriendo ser sexual.” Y es como: no, esto viene de algo cultural, esto viene de algo hasta trivial y no se trata de eso. Es un baile, donde la estética del cuerpo tiene un rol y se hace uso de eso. Creo que hay que romper esos patrones donde si yo pongo un video en mi Instagram bailando, no se trata de que yo quiera tener un hombre al lado, no se trata de conseguir algo, se trata de que quiero expresar una libertad física y un disfrute de un momento específico y ya. That´s it, no hay más allá. Si creo que nosotras poco a poco tenemos que permitírnoslo, romper esos patrones y expresarnos.
– ¿Cómo ha sido tu experiencia en la escena musical venezolana y ahora en la escena neoyorkina? A veces cuesta reconocer lo que hacemos sobre un escenario o fuera de él. ¿Cómo ha sido para ti?
P.P: Si, totalmente ha sido una experiencia distinta a lo que puede vivir un hombre. Conversaba hace poco con una amiga y le decía que a veces miro atrás y creo que siempre fui con el flow de fluir con la música, pero exponiéndome a situaciones. Si lo vemos en una dinámica entre hombres, por ejemplo, sería muy fácil decir vamos a hacer música, vamos a reunirnos en el estudio, como que entre ellos se apoyan. Es más común ¿no? A mi me pasaba que era como: vamos a reunirnos y para una mujer es distinto. En Venezuela, lamentablemente, todavía no hay tanto talento femenino arriba del escenario, pero sí está surgiendo. Yo siento que cada día más hay mujeres rompiendo con estos patrones, se hace más común el rol de la mujer en la música y su reconocimiento. Pero sí, obviamente ha sido más difícil.
En Venezuela como en Nueva York, me he conseguido personas que solo tienen un interés no relacionado a la música, digamos, pero también me he conseguido con hombres que me han apoyado y han sido parte de mi carrera como Charliepapa, Caseroloops, Los Hermanos Sosa, Los Ángeles Electrónicos, Budú. Gracias a Dios he tenido hombres que han sabido reconocer a una mujer en la música y me han dado una plataforma para ir más allá. Aunque todavía creo que tenemos que romper barreras y trabajar un poco más, siento que con cada mujer que sale y se enfrenta a este mercado, nos vamos creando nuestro puesto. Es importante aprender de producción, de sonidos, de instrumentos para apoyarnos entre nosotras y tener más presencia.
– ¿En este punto de tu carrera, qué aporta más: el diseño gráfico a la música o la música al diseño gráfico?
P.P: Yo soy graduada en Diseño Gráfico, de hecho, fue el diseño el que me hizo llegar a Brasil y hubo un momento en mi vida en el que yo tuve que decidir: qué quiero ser, a qué quiero darle una oportunidad porque siento que a pesar de que nosotros tenemos al capacidad de manejar muchas cosas la mismo momento, nunca damos cien por ciento a algo si estamos divididos. Yo dejé de lado el diseño gráfico como algo profesional, y me dediqué cien por ciento a la música.
Creo que el diseño le aporta a la música porque realmente soy yo quien maneja todas mis redes, quien hace todas mis cosas: mi página web, todo. Mi carrera de diseño gráfico nutre a mi carrera artística.
– En algunas canciones has cantado en portugués y ahora mencionas tu conexión con Brasil. ¿Podrías contarme un poco más sobre eso?
P.P: Brasil fue una tierra donde yo me encontré como persona. A veces pienso, que ningún venezolano se sienta celoso, pero yo me sentí brasilera cuando llegué a Brasil. Me encanta el portugués, quise explorarlo y hacer pasantías en diseño gráfico fue la oportunidad para tocar otra tierra. Terminé cantando todos los viernes en un bar con una banda de versiones, esa fue una experiencia súper linda. Brasil me encanta, fue especial. La gente… se parece mucho al venezolano, pero hay una alegría muy particular. Es muy musical. Se me parece mucho a Barquisimeto: siempre hay alguien con un cuatro y que canta. Igual es en Brasil con la samba. Me influenció muchísimo, me dio la apertura para ser una ciudadana del mundo. Obviamente soy venezolana y Venezuela está en mi y en lo que soy, pero te abres a otra cultura, a otra influencia y no te limita. Brasil me encanta, significa algo muy lindo, le escribí una canción y le tengo un cariño demasiado grande a esa tierra. Escribí un tema que espero que salga pronto y que está completamente escrito en portugués. Es un funk brasilero.
– Si hay algo que podemos destacar de esta era de inmediatez es que los singles son una oportunidad maravillosa para que los músicos se reinventen un track a la vez. Después de mucha Mujer, ¿qué será lo próximo?
P.P: Estoy pensando en singles. Acabo de sacar un álbum que se llama Tú y Tu Lado Oscuro. Se llevó muchos años de mi vida, la verdad, le tengo demasiado cariño, pero siento que la gente que sigue mi música se merece recibir mucho más ritmo en trabajos míos. Estoy contenta en trabajar canción por canción y creo que esa va a ser la dinámica por un ratico. Voy a explorar distintos géneros: incorporé un poquito el funk, quiero explorar el dancehall. Espero no distraiga yo en tanto cambiar o incorporar géneros a mi música, pero sí me interesa ir canción por canción. Ojalá tuviese un dúo con Akapellah, él sabe que le he tocado la puerta (risas).
Le tengo mucho aprecio al valor que tiene un álbum, por el concepto, por el mensaje. Por ejemplo, mi álbum anterior tiene un mensaje global y cada canción se acopla, yo le doy mucho valor a eso, pero siento que estamos en un día a día tan mutable que darnos esa libertad de ir conectándonos con la gente más inmediatamente también es interesante.